No es que me afecte excesivamente los cracks en la bolsa, ni la subida de tipos ni la bajada del Dow Jones, pero esta semana tan negra para el negocio de unos pocos, ha sido una semana bastante gris para mí. Muchos agobios laborales, encabronamientos innecesarios, salidas impuntuales, dolores de cabeza...
Las nubes me han esperado hasta en la puerta de mi casa.
Pero todo acaba, las tormentas pasan y los días grises siempre tienen un final. A pesar de seguir totalmente nulo para crear (ya sea un SMS, un email o una foto), las nubes parece que están dejando paso a un pequeño resquicio de luz. Y eso, alimenta mi optimismo a pesar de que mañana vuelva a ser lunes.
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