Parecía que ya se había acabado la Navidad, cuando hoy el tiempo nos ha dado una de esas sorpresas que nadie esperaba. Para algunos, los que se han podido quedar en casa, calentitos y viendo desde la ventana la "estampa navideña", tiene que haber sido un día precioso, habrán podido tirarse bolas de nieve y habrán construido su muñeco con una sonrisa en la boca. A los que nos ha tocado madrugar y trabajar ha sido un día raro. Hemos pasado gran parte de la mañana mirando la página de la DGT, escuchando rumores de todo tipo y pensando en que nos quedábamos aislados allá donde trabajamos cada uno. Y mientras tanto, sin poder abandonar las obligaciones laborales para bajarnos a la calle a jugar.
Afortunadamente, como en todos los cuentos de Navidad, parece que el día termina bien (al menos para mí) y he podido llegar a casa para poder fotografiar algunas de esas postales típicas de Navidad. Eso sí, desde casa y con guantes ;)
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