Según recuerdo de mis años mozos, Valle-Inclán se inspiró en la sociedad madrileña para escribir sus famosos esperpentos. Y si volviera a la vida, completaría su obra con el relato que ahora os voy a contar.
El viernes fuimos al concierto de Diego Torres en el Cuartel del Conde Duque, enmarcado en los actos culturales de Los Veranos de la Villa. Hacía 4 años que Silvia y yo no veíamos a Diego Torres, y siendo autor de nuestra canción ("Color Esperanza" para más señas) no podíamos perdérnoslo por nada del mundo. Así que allí estábamos, puntuales como nunca, para disfrutar del concierto en un ambiente inmejorable. Entre gente de todas las partes del mundo esperábamos con impaciencia a que Diego Torres saliera al escenario. Pasaban 15 minutos de las 22.00 cuando el cantante argentino comenzó, "andando", un conciertazo de más de hora y media en el que presentó su último disco y le dió un nuevo aire a sus canciones más antiguas. Entre canción y canción nos deleitó con su verborrea argentina, imitando acentos mexicanos, andaluces e incluso atreviéndose con la chulería castiza.
Y así, entre chistes y declaraciones de amor (a España, al jamón, al que le traía la toalla,..) fue recorriendo su particular camino musical, tocando el rap, las baladas o las rancheras. Después de amagar con irse (técnica que utilizan todos los artistas para dar paso a sus grandes éxitos) Diego volvío al escenario con mucha prisa, avisándonos de que iban a tocar, pero muy rápido porque no les iban a dejar tocar hasta más tarde. Excusa que ninguno nos creímos, pero que se hizo realidad, como bien se puede leer aquí y aquí(aderezado con un toque político que, modestamente, creo que sobra).
Es una auténtica vergüenza que a un cantante (conocido o no) le corten en medio de una de sus canciones, simplemente, porque se pasa de hora. Y lo entendería si se pasase una hora, pero es que a las 00.00 fue cuando le cortaron el sonido. Y allí se quedó el pobre Dieguito, sin sonido, despidiéndose de su público con un megáfono, sin poder cantar sus grandes éxitos y Silvia y yo, sin nuestra canción. Y todo, por una ley que se han sacado de la manga los organizadores y que no permite que haya un concierto pasada la madrugada.
Simplemente por comparar, David Bisbal (artista entre artistas) y Maná estuvieron hace bien poco en la plaza de toros de las Ventas (recinto al aire libre, como el Cuartel) y tocaron tranquilamente hasta bien entrada la madrugada. Y me pregunto yo, ¿la ley no es para todos igual? Os dejo el vídeo en el que se puede escuchar como le quitan el sonido.
Nota del Autor: este artículo ha sido escrito tras la ingesta de tres tilas para no caer en insultos y reclamaciones.
El viernes fuimos al concierto de Diego Torres en el Cuartel del Conde Duque, enmarcado en los actos culturales de Los Veranos de la Villa. Hacía 4 años que Silvia y yo no veíamos a Diego Torres, y siendo autor de nuestra canción ("Color Esperanza" para más señas) no podíamos perdérnoslo por nada del mundo. Así que allí estábamos, puntuales como nunca, para disfrutar del concierto en un ambiente inmejorable. Entre gente de todas las partes del mundo esperábamos con impaciencia a que Diego Torres saliera al escenario. Pasaban 15 minutos de las 22.00 cuando el cantante argentino comenzó, "andando", un conciertazo de más de hora y media en el que presentó su último disco y le dió un nuevo aire a sus canciones más antiguas. Entre canción y canción nos deleitó con su verborrea argentina, imitando acentos mexicanos, andaluces e incluso atreviéndose con la chulería castiza.
Y así, entre chistes y declaraciones de amor (a España, al jamón, al que le traía la toalla,..) fue recorriendo su particular camino musical, tocando el rap, las baladas o las rancheras. Después de amagar con irse (técnica que utilizan todos los artistas para dar paso a sus grandes éxitos) Diego volvío al escenario con mucha prisa, avisándonos de que iban a tocar, pero muy rápido porque no les iban a dejar tocar hasta más tarde. Excusa que ninguno nos creímos, pero que se hizo realidad, como bien se puede leer aquí y aquí(aderezado con un toque político que, modestamente, creo que sobra).
Es una auténtica vergüenza que a un cantante (conocido o no) le corten en medio de una de sus canciones, simplemente, porque se pasa de hora. Y lo entendería si se pasase una hora, pero es que a las 00.00 fue cuando le cortaron el sonido. Y allí se quedó el pobre Dieguito, sin sonido, despidiéndose de su público con un megáfono, sin poder cantar sus grandes éxitos y Silvia y yo, sin nuestra canción. Y todo, por una ley que se han sacado de la manga los organizadores y que no permite que haya un concierto pasada la madrugada.
Simplemente por comparar, David Bisbal (artista entre artistas) y Maná estuvieron hace bien poco en la plaza de toros de las Ventas (recinto al aire libre, como el Cuartel) y tocaron tranquilamente hasta bien entrada la madrugada. Y me pregunto yo, ¿la ley no es para todos igual? Os dejo el vídeo en el que se puede escuchar como le quitan el sonido.
Gracias Diego! Tienes dos entradas vendidas para el próximo concierto!
Nota del Autor: este artículo ha sido escrito tras la ingesta de tres tilas para no caer en insultos y reclamaciones.
2 comentarios:
Únicamente voy a dedicar un párrafo (o dos) de mi comentario al vergonzoso incidente del Conde Duque…
El señor Manuel Gutiérrez, director de los Veranos de la Villa, va a recibir una carta que espero responda dándome explicaciones sobre por qué yo soy menos vecina de Madrid que los que tienen la suerte o desgracia, según se mire o según quien lo mire, de vivir en la calle Conde Duque. Espero que me señale por qué justifica sus actos con estas palabras: "No queremos violentar a los vecinos", porque si se refieren a mí como vecina de la Villa, han conseguido todo lo contrario… violentarme y mucho. Aunque tengo la ligera impresión de que su pretensión era tener en consideración sólo a ALGUNOS vecinos de Madrid.
Espero que me diga por qué yo, vecina de Madrid y de un barrio próximo a la Plaza de Toros de las Ventas, tengo que aguantar conciertos hasta la madrugada, fuegos artificiales a la una y pico (ejemplo: Maná el día 28 de este mes, -cantaba las canciones desde mi cama-…Por cierto, si a alguien le interesa escuchar cualquier concierto, vendo localidades…) o verbenas cutres de barrio hasta las tantas… Y mira que hasta ahora no había protestado, entiendo este tipo de situaciones… Lo que no entiendo ni soporto es que mis vecinos y yo seamos vecinos menos importantes, menos exclusivos, menos trabajadores, menos madrugadores, menos relevantes para la consideración de las altas esferas… De lo que se olvidan, es que por suerte, somos vecinos que tenemos voz y VOTO… ;)
Y Diego… ¡qué conciertazo! Superó mis expectativas, y eran muchas.
Fue especial, original, creativo, divertido, vibrante… Hizo nuevas versiones, llenó canciones de novedosos matices, cambió de estilo con una armonía y facilidad pasmosa…
Cantó una de mis canciones preferidas: “Penélope” y fue un momento mágico lleno de emociones contenidas, o no…;)
Al final del concierto me firmó los discos, uno de ellos fechado en 1994, ya hace cerca de 13 años que escucho su música… Casi los que tenía la niña que le descubrió y que hasta ahora le sigue.
Además tiene la suerte, y lo digo convencida, de ser el autor e interprete de la canción más especial de este mundo “Color Esperanza” y no por Esperanza Aguirre ni por el Papa precisamente… sino porque aquella noche del 9 de febrero de 2003 sonó su voz y nos enamoró de la canción y entre nosotros para siempre.
Gracias mi niño por la gran sorpresa del concierto. El miércoles nos espera David de María… otra sorpresa más… Nunca dejarás de sorprenderme… Te quiero mucho
Wow!!! Va a ser que a ti las tilas no te hicieron efecto eh? ;) Sí que fue una vergüenza, pero bueno, ya pasó, y me quedo con el conciertazo de Diego Torres, le pese a quien le pese.
Veremos a ver mañana a qué hora le quitan el sonido a David DeMaría. Tú por si acaso haz una pancarta, que estamos en primera fila ;)
Te quiero
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