31.7.07

Primera etapa: Palencia, comenzamos el viaje

Preparados? Comencemos...

Planificamos el viaje de tal forma que pudieramos disfrutar tranquilamente de cada uno de los lugares, sin darnos grandes palizas y por eso dividimos el trayecto a Santander en dos días. Así fue como nuestra primera etapa fue Palencia (con P). No esperábamos mucho de esta pequeña ciudad, sobre todo porque estábamos practicamente de paso, pero resultó ser una ciudad tranquila que nos sorprendió con varios rincones como la calle Mayor, la iglesia de San Miguel (a la ribera del Carrión), la Catedral o la iglesia de las Claras, dónde se encuentra una misteriosa figura de un Cristo yacente, al que se le atribuyen propiedades tales como crecimiento de pelo y uñas.

Disfrutamos de un maravilloso paseo por esta ciudad, cuya Catedral, mucho más bonita por dentro que por fuera, tiene una cripta muy bien conservada que merece la pena ver. No es comparable a otras grandes ciudades de Castilla y León, pero mereció la pena hacer noche allí.
Pero la primera etapa nos guardaba una pequeña y desagradable sorpresa.

Como en las etapas ciclistas más tranquilas, en cualquier momento puedes tener un pequeño percance que te deje sin aspiraciones a seguir la Vuelta. Algo así nos pasó con el Citrino, que, camino al Cristo del Otero nos dio un pequeño susto. Aunque nos llevamos un gran sofocón y pensamos en dejarlo todo, este contratiempo no hizo otra cosa que darnos más fuerzas para seguir disfrutando del viaje. Una vez curada la enfermedad del pequeño gran coche, proseguimos nuestra marcha hacia la segunda etapa, Santander.

Os dejo unas fotitos para que os entren ganas de visitar Palencia (sí, con P) y para que se os haga más corta la espera hasta la siguiente etapa.

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